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Un caso que parecía perdido

Con una familia rota, ojos llenos de soledad y un corazón en dolor, estaba tan dañado que parecía que había perdido su conexión con la realidad. Por años batallando con su carácter, su conducta agresiva, le costaba mucho aprender o hacer amistades. Parecía un caso perdido. Por más que todos nos esforzábamos, era el que se quedaba al final, por su bajo rendimiento o por su conducta. Un día abrimos un cuarto especial para orar por las misiones, por los que sufren, un cuarto de intercesión.

Escucharlo orar fue increíble, nos dimos cuenta que su corazón era tan sensible que oraba como si pudiera sentir el dolor de los demás, entendimos por qué era así, todo lo que había vivido era más allá de lo que podía manejar. Por primera vez sintió que había encontrado su lugar. “Eres el mejor orando, Dios te usa de maneras muy especiales”, al escucharlo sus ojos se llenaron de esperanza, por primera vez sintió que su vida tenía sentido, que podía ser el mejor en algo.

Ahora Él sabe que su vida tiene un propósito, sabe que Dios es su buen padre. Su hermoso corazón está sanando, sonríe y cree. Su vida tiene una nueva esperanza.

Ayúdanos a Orar: Por los niños que vienen con daño emocional profundo. Que puedan sanar de sus heridas y ser restaurados.

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