La clase ya había comenzado pero uno de los niños más pequeños no estaba, salimos a buscar y estaba sentado con su cabecita viendo al piso. “Aquí se quedó, tiene mucha pena porque se le rompieron sus zapatos” dijo una de las voluntarias.
Un día antes nos habían donado una bolsa con ropa y zapatos. Mientras nos esperaba sentadito buscamos en la bolsa para ver si había algo de su talla. !Había un par justo para él! Su rostro se iluminó, incluso habían un par de playeritas, escogió una y también se la puso. Le dijimos conmovidos por la provisión de Dios “Wow, mira cuánto te ama Dios, sabía que ibas a necesitar zapatos justo hoy, y te los envió de antemano!”. Se quedó pensativo por un momento, después con cara de asombro dijo: “!!Maestra, es como lo que aprendimos de la Biblia, es igual que las historias donde Dios les enviaba lo que necesitaban!!”, nuestro corazón se asombró por el entendimiento del amor de Dios en su pequeño corazón. Que Dios siga sembrando fe en cada uno de estos pequeños.
Que hermoso ver la mano de Dios que conoce cada una de nuestras necesidades. Y antes que pidamos Él ya movió los recursos para que recibamos su provisión en el momento preciso.
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